¿Tienes algún arrepentimiento?

“No tengo tiempo para arrepentirme. Sigo adelante porque soy aceptable por lo que soy, no por lo que pienso que debería ser. Me acepto como soy, no como creo que debería ser, porque eso es una mentira. Soy un pecador, un viejo pecador. He hecho cosas malas y cosas buenas. Así que simplemente te perdonas y sigues adelante.”

Al escuchar estas palabras, surge una duda: ¿esto contradice la idea de ofrecer nuestra mejor versión al mundo? Reflexionando, pienso que aquí está la base de todo: la aceptación del pasado.

Se habla mucho del arrepentimiento, pero todo nace con la aceptación, la aceptación de nuestras luces y nuestras sombras, de lo bueno y lo malo que hay en nosotros. Entender que las percepciones cambian y que, a veces, somos protagonistas o antagonistas en las historias de otros.

Aceptar esto es el primer paso hacia la paz interior y la autenticidad.La mejor versión de uno mismo no es la perfección soñada, sino la aceptación profunda de todo lo que hemos sido. Solo quien abraza sus sombras puede ofrecer luz verdadera.
¿Es posible crecer y mejorar sin antes aceptar plenamente quiénes somos y lo que hemos hecho?

¿La búsqueda de la “mejor versión” puede convertirse en una forma de negación de nuestra propia humanidad?

¿Qué peso tiene el arrepentimiento cuando la aceptación ya ha hecho su trabajo?

¿Podemos perdonarnos realmente si seguimos aspirando a convertirnos en alguien que nunca hemos sido?

Roy J Rizo D’Arthenay
Business Coach

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¿Cuánto paga el Tío Sam por un villano?

La tómbola global de los enemigos públicos


Cuando el terror golpeó el corazón de Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, el Tío Sam no dudó: sacó la chequera y puso precio a la cabeza del enemigo número uno. Osama Bin Laden, cerebro y rostro del acto terrorista más letal de la historia reciente, se convirtió en el objetivo de una caza global.


El saldo fue devastador: 2,977 vidas truncadas, miles de heridos y una factura material que superó los 60,000 millones de dólares.El Tío Sam ofreció 25 millones de dólares por Bin Laden, convirtiendo la justicia en una especie de subasta planetaria.


¿Quién cobró la recompensa?

Nadie lo sabe. Ni los vídeos sensacionalistas tipo “Samay”, “LIFE” ni los reportajes han logrado identificar al ganador.

¿Fue un informante islámico, un agente doble, o simplemente el fin de una era?


Lo cierto es que, más allá de los problemas y los gastos, lo que sí ha habido es mucho espectáculo y humo mediático.


Recientemente, el Tío Sam volvió a sacar la chequera y anunció una recompensa de 50 millones de dólares por Nicolás Maduro.


¿Habrá alguien que se lleve el premio, o seguiremos sin conocer al verdadero ganador de esta tómbola internacional, mientras el espectáculo y el humo mediático continúan?


Amanecerá y veremos.

¿Por qué la prisa nos vuelve menos humanos?

@manemartin


En 1973, los psicólogos John Darley y Daniel Batson realizaron un experimento famoso en la Universidad de Princeton con 67 seminaristas.
El estudio, conocido como el «Experimento del Buen Samaritano», buscaba entender qué factores influyen en que una persona ayude a otra en necesidad.Dividieron a los participantes en grupos: algunos debían dar una charla sobre la parábola del Buen Samaritano, otros sobre temas más prácticos. Pero la verdadera variable era el tiempo: a algunos les dijeron que tenían que apresurarse, mientras que a otros que podían ir con calma.
En el camino, se encontraron con una persona (un actor) que aparentaba estar gravemente necesitada de ayuda.
¿El resultado?
No importaba el tema de la charla ni el nivel de fe. Lo que realmente marcó la diferencia fue la prisa: solo el 10% de los que tenían prisa se detuvieron a ayudar, mientras que el 63% de los que no la tenían sí lo hicieron. La conclusión es clara: no es la falta de valores, sino la falta de tiempo (o la sensación de urgencia) lo que nos vuelve menos empáticos y menos presentes para los demás.
En un mundo que nos exige correr y llenar cada minuto… ¿cuántas veces dejamos de ver el dolor ajeno, de conectar, de ser humanos?
¿Qué tan rápido vas en la vida? ¿La urgencia de tus tareas te está alejando de tu humanidad y de la empatía con los demás?
Roy J Rizo D’Arthenay
Business Coach
PD
«Homo sum, humani nihil a me alienum puto.» Teracio
Traducción
«Soy humano, nada de lo humano me es ajeno.» Teracio