En apenas 7:54 minutos, León XIV transformó el panorama del liderazgo mundial con una sola palabra: «sinodalidad».
Del griego «synodos» —combinación de «syn» (juntos) y «hodos» (camino)— este concepto significa literalmente «caminar juntos» o «hacer camino en compañía».
Como agustiniano orgulloso, León XIV integra esta antigua sabiduría griega en un liderazgo moderno donde la autoridad no se impone desde arriba, sino que se construye caminando al lado de todos.
Su visión de «paz desarmada y desarmante» complementa perfectamente este enfoque sinodal: un liderazgo que no busca dominar sino acompañar, no imponer sino escuchar.
La sinodalidad, como estilo de gobierno, transforma al Papa no solo en líder religioso sino en referente mundial de un nuevo paradigma: la autoridad como servicio y el poder como capacidad de crear espacios donde todas las voces —especialmente las marginadas— sean escuchadas.
Con gestos como agradecer a Francisco y saludar a Perú en español, León XIV demuestra que este «caminar juntos» no es teoría sino práctica cotidiana de su pontificado.
En un mundo fragmentado por polarizaciones, la sinodalidad emerge como respuesta: no es casualidad que León XIV eligiera esta palabra para definir su estilo de liderazgo global.
Sinodalidad: Un Camino para Líderes en Todos los Ámbitos
En un mundo donde el liderazgo se ejerce en múltiples dimensiones —desde lo corporativo hasta lo familiar, desde lo político hasta lo comunitario— el concepto de sinodalidad que León XIV ha puesto en el centro de su pontificado nos invita a una profunda reflexión.
Incluso quienes no ocupan posiciones formales de autoridad ejercen liderazgo en algún ámbito de sus vidas, comenzando por la responsabilidad fundamental de liderarse a sí mismo.
Para quienes ejercen liderazgo en cualquier espacio:
1. ¿En qué medida tu estilo de liderazgo crea espacios donde todos puedan «caminar juntos» en lugar de simplemente seguir tus pasos?
2. ¿Cómo transformarías tus estructuras de decisión si realmente creyeras que la sabiduría colectiva supera a la individual?
3. ¿Qué voces están sistemáticamente ausentes de tus procesos de discernimiento y decisión?
4. ¿Estás dispuesto a que el camino compartido te transforme a ti primero?
En la familia o en la corporación, en la política o en el voluntariado, incluso en la relación con uno mismo: la sinodalidad nos desafía a reimaginar el poder no como imposición sino como capacidad de crear espacios donde todos puedan contribuir a un destino compartido.
Roy J Rizo D’Arthenay
Business Coach
(Educado en la pedagogía agustiniana recoleta: interioridad, comunidad y trascendencia)
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