Esta video lo dice todo: un hombre de 83 años, con un solo pulmón funcional (secuela de una grave infección pulmonar en su juventud), sobrepeso y problemas de movilidad, caminando solo bajo la lluvia mientras el mundo se escondía del virus.
Francisco, extremadamente vulnerable ante el COVID que atacaba especialmente a personas de su edad y condiciones médicas, eligió estar presente cuando más se le necesitaba. No desde la seguridad de una transmisión virtual, sino físicamente, exponiendo su fragilidad humana por un compromiso superior.
Su partida esta semana nos deja esta lección imperecedera sobre el verdadero liderazgo: no se trata de poder, sino de servicio; no de palabras, sino de presencia real en los momentos críticos.
Ahora, imaginemos por un momento:
¿Veríamos a Putin exponiendo su vulnerabilidad personal para estar con su pueblo en momentos de crisis?
¿A Trump arriesgando su salud para acompañar directamente a los más afectados, sin cámaras ni seguridad?
¿A Netanyahu abandonando la protección para estar presente entre civiles sufrientes, sin discursos ni estrategias?
¿A Maduro enfrentando de cerca el dolor de su gente, sin escudos ni retórica?
¿A Milei dejando sus posturas combativas para servir directamente a quienes más lo necesitan?
El legado de Francisco nos desafía a todos:
¿Qué significa realmente la coherencia entre lo que predicamos y lo que hacemos?
¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar por nuestros principios cuando el costo es personal?
¿Valoramos a líderes que ordenan sacrificios o a aquellos que los asumen primero?
Como reflexionó Séneca:
«Las palabras enseñan, pero los ejemplos arrastran.»
El verdadero liderazgo no se proclama en discursos, se demuestra en los pasos solitarios que damos cuando nadie más puede o quiere caminar.
Gracias Papa Francisco por las enseñanzas
Roy J Rizo D’Arthenay
Business Coach
#LiderazgoAuténtico #LegadoFrancisco #CompromisoPermanente
Roy J. RIZO D'ARTHENAY 