¿COMUNISTA EN EL VATICANO?

Jorge Mario Bergoglio:
El legado sociológico jesuita
21/4/2025


¿COMUNISTA EN EL VATICANO? LA FALSA ETIQUETA QUE NUBLÓ EL ENTENDIMIENTO


Con profunda tristeza despido al Papa Francisco, cuya visión trascendió las simplistas etiquetas políticas que intentaron definirlo.
Un argentino universal
Proveniente de la tierra que dio al mundo figuras tan diversas como el Che Guevara y Diego Maradona, Bergoglio forjó su propio camino único. Aunque compartía el origen geográfico con estos íconos argentinos, su visión del mundo se moldeó principalmente por su formación jesuita y su profunda fe católica, distanciándose de cualquier asociación ideológica simplista…


La tradición sociológica jesuita
La Compañía de Jesús, a la que perteneció Bergoglio, se ha distinguido históricamente por su riguroso análisis social. Los jesuitas desarrollaron una metodología única que combina investigación empírica con reflexión teológica para comprender las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad.


Francisco encarnó esta tradición intelectual, aplicando el «ver, juzgar y actuar» característico del pensamiento social católico. Su formación jesuita le proporcionó herramientas para analizar críticamente los sistemas económicos y políticos, identificando cómo estos afectan a los más vulnerables.


Injustamente etiquetado como comunista.


Como persona formada por los agustinianos durante mi educación básica y admirador de la tradición jesuita, siempre me generó profunda incomodidad escuchar las críticas superficiales que etiquetaban a Francisco como «comunista». Resultaba desconcertante que incluso católicos educados en mi mismo entorno redujeran su complejo pensamiento social a simplistas categorías políticas.


Su preocupación por los marginados y sus críticas a los «excesos del mercado desregulado» fueron frecuentemente malinterpretadas como simpatías hacia ideologías de izquierda. Sin embargo, estas posiciones derivaban directamente de la Doctrina Social de la Iglesia, particularmente de las enseñanzas sobre dignidad humana y bien común.


Cuando Francisco denunciaba la «economía de exclusión» o la «globalización de la indiferencia», estaba aplicando principios evangélicos y la metodología analítica jesuita para examinar las consecuencias humanas de los sistemas económicos, no adhiriéndose a posturas políticas específicas.
Incomprensiones en contextos polarizados


En entornos políticamente divididos como Venezuela, muchos fieles católicos malinterpretaron las posiciones del Vaticano bajo su liderazgo. Este fenómeno evidenció cómo los prejuicios ideológicos pueden distorsionar incluso mensajes fundamentados en principios evangélicos universales.
Admiración por su humildad y valentía


Mi admiración por Francisco siempre estuvo fundamentada en su extraordinaria humildad y en los desafíos que enfrentó dentro de la Iglesia. Transformó el papado en un ministerio de servicio auténtico, desafiando estructuras anquilosadas y privilegios institucionales.
Su característica despedida, «recen por mí», reflejaba la profunda humildad de quien, siendo considerado el representante de Dios en la Tierra, reconocía su humanidad y limitaciones. Este gesto sintetizaba su aproximación al liderazgo: servicio, no poder.


El legado de Francisco permanecerá como testimonio de cómo el análisis social riguroso, inspirado en la tradición jesuita, puede iluminar los desafíos contemporáneos desde una perspectiva de fe comprometida con la justicia, más allá de etiquetas ideológicas simplificadoras.


Roy J Rizo D’Arthenay
Fan del Papa Francisco

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