El Poder de la Palabra

El 23 de noviembre celebramos el Día Mundial de la Palabra, una fecha que nos invita a reflexionar sobre el poder transformador del lenguaje como herramienta de creación y evolución, recordándonos que cada expresión verbal contribuye a la construcción de nuestra realidad individual y colectiva.
La Palabra: Del Génesis al Ser
«En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.» La primera manifestación del poder creador se materializa a través de la palabra. «Hágase la luz», y la luz fue. La palabra como acto de creación establece el primer principio: nombrar es crear, definir es dar existencia.
El eco de las voces tempranas: «El que madruga Dios lo ayuda» «Cuarto Mandamiento… «, «Estudia para ser alguien»,  «Si tus males quieres aumentar, no los dejes de pregonar», «Dios sobre todas las cosas» . Estas frases, repetidas como mantras generacionales, se convirtieron en los cimientos de nuestra estructura mental. No son meras palabras, sino programas operativos que aún hoy ejecutamos, consciente o inconscientemente.
Nuestro léxico cotidiano revela nuestra percepción: «El mercado está difícil», «La vida es una lucha», «El tiempo vuela», «Las oportunidades escasean». La forma en que nombramos nuestra realidad no es neutral; es un acto de creación continua. Cada descripción se convierte en una profecía autocumplida, cada adjetivo en una sentencia ejecutoria.
Las conversaciones más decisivas ocurren en silencio: «No estoy preparado», «Esto está fuera de mi alcance», «Siempre me pasa lo mismo», «No soy suficiente». O bien: «Aprendo de cada experiencia», «Encuentro soluciones», «Evoluciono constantemente», «Construyo mi camino», «yo si puedo», «ayúdame Dios mío»
Del verbo divino que dio origen al universo, a las palabras que moldean nuestra consciencia, existe un hilo conductor: el poder creador del lenguaje. A través de la palabra damos forma a nuestros pensamientos, estructuramos nuestras creencias, construimos nuestra realidad y definimos nuestro destino.
Somos herederos de ese primer acto creador. Cada palabra que pronunciamos es un acto de creación, cada frase una piedra en la construcción de nuestro futuro. Al tomar consciencia del poder del lenguaje, nos convertimos en artífices deliberados de nuestro porvenir.
No somos meros espectadores del destino, sino sus arquitectos principales. A través de la palabra, esculpimos el mañana, definimos horizontes y creamos posibilidades. En este poder creador del lenguaje reside nuestra capacidad de ser verdaderos artífices de nuestro porvenir.
«La palabra es la herramienta del creador que habita en cada uno de nosotros. Al elegir conscientemente nuestro lenguaje, elegimos conscientemente nuestro destino.»
FELIZ DÍA MUNDIAL DE LA PALABRA «
ROY J. RIZO D’ARTHENAY
COACH ONTOLÓGICO

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