Confianza y Propósito

«En una nación que estaba orgullosa del trabajo arduo, las familias fuertes, las comunidades unidas y nuestra fe en Dios, muchos de nosotros ahora tendemos a adorar la autocomplacencia y el consumo. La identidad humana ya no se define por lo que uno hace, sino por lo que uno posee. Pero hemos descubierto que poseer cosas y consumir cosas no satisface nuestro anhelo de sentido. Hemos aprendido que acumular bienes materiales no puede llenar el vacío de vidas que no tienen confianza ni propósito… «
El 15 de julio de 1979. En un discurso televisado a nivel nacional que fue visto por 65 millones de estadounidenses, #JimmyCarter pronunció una memorable alocución que hoy en día su vigencia abarca más allá de la sociedad norteamericana, la crisis de confianza y propósitos está más vigente que nunca y es una situación endémica de cobertura mundial.
En lo particular siempre y desde pequeño he admirado al manisero que llego a ser presidente de los Estados Unidos.
En 1978. Jimmy Carter pisó suelo caraqueño y fue recibido por el presidente Carlos Andrés Pérez.
Jimmy Carter en el 2012, hizo una declaración favorable al sistema electoral Venezolano, lo que generó mucha controversia en un país polarizado y con crisis de confianza, que aún no ha expirado.
Recientemente Jimmy Carter anunció  que suspendía todos los tratamientos médicos para el cáncer que padece y decide pasar el tiempo que le queda en su casa con cuidados paliativos.
Carter es el presidente más longevo de la historia  de Estados Unidos. Y con la sabiduría que da a los 98 años,  tomó la decisión: dejar de luchar contra su enfermedad.
En una oportunidad le preguntaron:
¿ cuál era el secreto para llegar a vivir una centuria?
“Creo que la mejor explicación para eso es haberme casado con la mejor esposa, alguien que te cuide y se comprometa y haga cosas para desafiarte y mantenerte vivo e interesado en la vida”.
Jimmy Carter un ejemplo de superación, liderazgo, voluntariado y valor. Una referencia más allá de la política.
Que Santa Ana le brinde buena muerte y poca cama…